HISTORIA: María y Jaume llevaban viviendo juntos apenas un mes cuando él tuvo que irse de Barcelona a Chile. Ella no lo dudó, y decidió seguirle, y lo que parecía una locura pronto se convirtió en una historia de amor, que quisieron convertir su en canción personalizada.
¿Te gustaría convertir tu historia en canción?
INSTRUMENTACIÓN: Voz, piano, bajo, batería, sintetizadores, guitarras y coros.
TIEMPO DE ENTREGA: Descarga inmediata
Y en aquella barbacoa te fijaste en mi colonia, y esa frase que dijiste ahora sé que es cierta.
Te marchaste, pero en nuestro amor no hubo distancias… Mi obstinado corazón se irá a donde tú vayas… Con pasión, con sinceridad, con perseverancia… ¡pues no puede estar sin ti!
Y me fui, dejé toda mi vida por seguir la paz de tu sonrisa; porque abril dio fuerza a esta aventura: lo que ayer fuera locura, es lo mejor que pude hacer.
Desperté a mi alma adormecida por sentir, tu luz en mis pupilas… Y encontré al hombre de mi vida, que en París me pediría que yo fuera su mujer…
Un noviembre en Barcelona en el hotel de nuestra boda vi que este amor siempre crece, desde aquel verano…
Y ahora siempre estamos juntos, construyendo ese futuro, que soñamos tantas veces yendo de la mano…
Te marchaste, pero en nuestro amor no hubo distancias… Mi obstinado corazón se irá a donde tú vayas… Con pasión, con sinceridad, con perseverancia… ¡pues no puede estar sin ti!
Y me fui, dejé toda mi vida por seguir la paz de tu sonrisa. Porque abril dio fuerza a esta aventura: lo que ayer fuera locura, es lo mejor que pude hacer.
Desperté a mi alma adormecida por sentir, tu luz en mis pupilas… Y encontré al hombre de mi vida, que en París me pediría que yo fuera su mujer…
Y es que yo te quiero con locura y sé que aquel duro comienzo hará que este amor sea eterno e invencible.
Tú serás el padre de mis hijos, tú, el hombre de mis sueños, quien demuestra que no existe lo imposible…
Y yo, dejé toda mi vida por seguir la paz de tu sonrisa. Porque abril dio fuerza a esta aventura: lo que ayer fuera locura, es lo mejor que pude hacer.
Desperté a mi alma adormecida por sentir, tu luz en mis pupilas… Y encontré al hombre de mi vida, que en París me pediría que yo fuera su mujer…