
Hace un par de meses publiqué esta entrada en la que comentaba algunas de las funciones que puede cumplir la banda sonora en una película. Hoy continuo, ampliando esta lista:
Hace un par de meses publiqué esta entrada en la que comentaba algunas de las funciones que puede cumplir la banda sonora en una película. Hoy continuo, ampliando esta lista:
Casi siempre que nos ponemos frente a una pantalla de cine, televisión u ordenador, para ver una película, una serie o un anuncio, estamos oyendo música. Sin embargo pocas veces la escuchamos de forma consciente. La banda sonora se cuela en nuestros oídos sin que apenas nos demos cuenta, y es procesada por nuestro cerebro. Esto convierte a la música en una de las más poderosas herramientas con la que cuenta el lenguaje audiovisual.
La historia del cine está llena de escenas tristes capaces de cautivar al espectador: el reencuentro de Giorgio y su madre en el final de La vida es bella (1997), la historia de amor de los protagonistas de Up (2009), escenas finales de Titanic (1997)… La lista sería interminable, pero deberíamos preguntarnos qué hubiera sido de estas escenas sin música.
En general, una escena triste suele requerir música. Hay que tener en cuenta que, aunque la interpretación de los actores sea excelente, a veces las imágenes y diálogos no son suficientes para provocar la emoción necesaria al espectador. Es ahí donde la música no diegética juega un papel fundamental. Mientras el espectador se centra en los diálogos, la música se cuela en sus oídos, provocando un estado emocional propicio para que se genere empatía con lo que está viendo y escuchando en la película.
El cine romántico ha producido una cantidad ingente de películas, algunas de ellas memorables. Sus argumentos, en ocasiones, representan una fotografía del pasado que, en mi opinión, conviene mirar con actitud crítica y cierta distancia. Pero aquí solo voy a hablar de su música. Para ello te traigo esta pequeña selección histórica de bandas sonoras de películas románticas. ¿Empezamos?